"Debuto en París, en un ruedo muy alejado del mío y, como manda la tradición, me destoco", aseguró el torero de Galapagar quitándose el sombrero con el que había aparecido en el teatro de la Alianza Francesa de la capital gala, un gesto con el que arrancó una cerrada ovación del respetable.
Así comenzaba en París la presentación de la edición francesa de "Diálogo con Navegante", la selección de textos escritos por diversos autores a partir del discurso que el diestro creó tras la dura cogida sufrida en Aguascalientes (México) en abril de 2010. Destacable y brillante el relato del premio Nobel Mario Vargas Llosa en defensa del toro bravo y de la propia figura de José Tomás.
Fue un evento repleto de personalidades (Desde Paul Ricard hasta Franciss Wolff), con el Teatro Alianza Francesa (conocido como la Casa de las Culturas del mundo) abarrotado.
Un acto que me llena de orgullo y que deja (una vez más) la sensación, que al otro lado de los Pirineos el respeto, la admiración y el respaldo hacia nuestra fiesta nacional es superior al de España.
En dicha presentación, Tomás desgranó alguna de las dudas que le asaltan a diario, destacando entre ellas, la desgarradora: “¿Por qué duele más no entender la embestida de un toro que una cornada?"
Desde aquí y al igual que José Tomás, nosotros nos preguntamos ¿Por qué nos duele más que no entiendan los toros que la misma prohibición?
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