viernes, 3 de octubre de 2014

Colonia masculina: Entre lo cerdo y lo gay.

Objeto del estudio:

Hombres entre 25 y 50 años.

Matizaciones:

Ante todo no quiero que confundamos el no usar colonia con no tener higiene personal, nada que ver (antes de que alguna simpática feminista me haga algún comentario ingenioso).


 Trabajo realizado:

Por lo que al adecuado uso de la colonia se refiere, me he encontrado con 4 tipos de personaje:

1)      Aquellos que denominaremos: “Esto son mariconadas.” No usan colonia, pensando que el olor corporal es mejor que cualquier fragancia ideada por un amanerado francés.
2)      Aquellos que denominaremos: “Jacq´s le gusta a las chicas.” Usan la que les regala su madre desde que cumplieron 14 años y a pesar de que han pasado 30, piensan que está bien.
3)      Aquellos que denominaremos: “Contemporáneos.” Invierten cierta parte de su presupuesto cosmético en fragancias.
4)      Aquellos que denominaremos: “Pachuli.” Sin ningún criterio utilizan colonias nauseabundas, es decir, aquellos que lo rodean preferirían meter la cabeza en un cubo de amoniaco, antes de compartir el asiento de un tren con él.


Tras esta primera meditación y una vez que usted se ha englobado en una de las 3 primeras (si lo hace directamente en la cuarta, usted es un auténtico cabroncete, porque lo hace adrede para molestar al prójimo), pasemos al estudio de los mismos:

 “Esto son mariconadas”:

El no llevar fragancia, hace que el género femenino reconozca mejor las feromonas que emana y por lo tanto su éxito está garantizado.
Suelen ser hombres de bien, nobles, la gran mayoría educados en medios rurales, donde la banalidad carece de sentido. Suelen vestir con camisas de cuadros, llevar desabrochados los 3 primeros botones de la camisa y acompañar cualquier expresión con la onomatopeya: “Yeeeeee”. 

“Jacq´s le gusta a  las chicas”:

Estos son peligrosos, sus fragancias: Sportsman, Jacq´s, Brummel (para los que superan la cincuentena), una de Antonio Banderas que ves en el Mercadona y confundes con lubricante porque se encuentra enfrente de las esponjas y al lado de los condones, y un amplio etcétera.
Con estos, hacedme caso y cuidado. Son hombres tensos, el que no copulen (obviamente) les genera un grado de ansiedad absoluto. Los reconoceréis visualmente por seguir usando las “j´ Hayber”, pantalones con parches de Spiderman y sudaderas (aunque superan ampliamente los 35).

“Contemporáneos”:

Aquí el abanico es amplio, es el grupo dónde yo me englobo, por lo que os daré unas cuantas pinceladas de mis preferencias en función de los tipos de colonia que podemos encontrar:
Colonias con personalidad: Fahrenheit de Dior o Sólo de Loewe deberían ser sus elegidas, si fueran cognac serían un Gran Duque de Alba.
Colonias con rasgos más dulces y afeminados: Ojo con estas colonias y el barrio por el que paseas en Madrid. Si no quieres riesgos innecesarios compra Le Male de Jean Paul Gaultier.
Clásicos básicos: Si no las tienes, deja lo que estés haciendo, busca el Druni más cercano y cómpralas. Son 2, Aqua de Gio  y 212 de Carolina Herrera. Aunque no te gusten, deben estar en el tocador (¿siguen existiendo los tocadores? Tanto Tappersex desvirtúa hasta los muebles). Estas colonias son como las camisas negras, debes tenerlas en el armario aunque las uses para limpiar el polvo.
La clave: Se han puesto de moda los coches japoneses y coreanos, por lo que en colonias no iba a ser menos. No hay nada más chic/snob/yupi/soy un tonto del haba con pasta (esta expresión va por mi yaya), que mientras te tomas un Gin tonic, lleno de cosas que no sabes identificar, decir: “Yo uso la L´eau d´Issey de Issey Miyake y conduzco un hibrido.”

Si lo dices, automáticamente entras en otra esfera dónde solo pueden entrar mujeres operadas.


“Pachuli”:

Planta tropical muy aromática de hojas opuestas, borde dentado y flores pequeñas; de las hojas y las flores se obtiene un aceite esencial con el que se elabora perfume.  Es interesante que conozcas esto porque seguramente no reconozcas la putada que le estás haciendo al vecino, al compañero de trabajo, a toda la comunidad que utiliza el mismo ascensor que tú. Si hay ciertos días, por ejemplo, los que tengas resaca, que no te pones la colonia porque es demasiado intensa, estás ante un claro caso de Pachuli.

Como conclusión del artículo, os diré que muy a vuestro pesar acabaréis usando la colonia que diga vuestra señora esposa, y si a vuestra señora le gusta el pachuli y no estáis a tiempo de divorciaros, no os quedará otro remedio que poneros un sombrerito mexicano, unos cuantos "chuflos" de colonia y cruzar los dedos para no ser la comidilla en la próxima reunión de vecinos.









1 comentario:

  1. Uso Eau d'Issey desde que a un excompañero de trabajo dos mujeres (dos) le dijeron en una misma mañana "qué bien hueles, V. ¿Qué colonia llevas?". Esa misma semana la compré en el Druni, obviamente, y hasta hoy. Varias reflexiones al respecto:
    - Un hombre de bien no cambia de colonia. Nos gustan las rutinas y a ellas nos aferramos como perro a su almohada. Y, dentro de las rutinas, englobo darle al spray cada mañana exactamente la misma cantidad de veces, todos los días del año, el mismo perfume, en los mismos puntos corporales. Uno de ellos la parte posterior de las muñecas, claro. Nunca sabes cuándo vas a tener que dar dos besos a una chica y, consecuentemente, acercar tu brazo izquierdo a su hombro derecho, cerca de su nariz.
    - Creo que V. había comprado a esas dos mujeres, porque yo sigo esperando que dos tías me digan "qué bien hueles, Valero. ¿Qué colonia llevas?".

    Por último, me gustaría añadir que usted, caballero, siempre debe echarse menos colonia de la que cree necesaria: las hembras tienen el olfato más desarrollado que los varones.

    Menos es más. JVM

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