jueves, 26 de diciembre de 2013

Bombardeo matutino

Hay cosas que no cambian, o cambian más bien poco, en la forma, pero no en el fondo. Recuerdo los sábados y domingos por la mañana, a las 8:00 en pie para ver los dibujos animados de mi infancia, Asterix, D’artagnan, David el Gnomo,… y entre capítulo y capítulo, bombardeo que te crio. Pero lo miro con cariño de aquel niño que fui (que conste que mi mujer me continua diciendo “Es que eres com un xiquet”) como la industria juguetera, antes española, ahora mundial, bombardeaba a los niños para que pidieran a San Nicolás y a los Reyes Magos de Oriente alguno de sus productos. ¿Ha cambiado esto en algo?

Si echamos la vista atrás y comparamos, los juguetes no han cambiado tanto, muchos continúan en primera fila, aunque con estética renovada, y otros son fruto como no, del avance de nuestra sociedad y la tecnología, como la electrónica o muñecos y muñecas (a mi humilde entender, más feos que los de nuestra infancia) de dibujos animados actuales. (Díganme al ver el video si ha cambiado mucho o poco…)


Y para qué tanto bombardeo, pues para pedir sus regalos, pero cuidado, que no se pide de cualquier forma, para ello, una carta bien escrita, clara y esquemática, en la que primero debemos justificar que somos merecedores de tales presentes que vamos a solicitar, que si bien nunca decimos que somos peores que Gargamel, si hacemos un pequeño acto de reflexión de echar la vista atrás a ver si lo positivo pesa más que lo negativo.


Después enumeramos la relación de juguetes (o aparatos electrónicos) que queremos, pero ojo, que en este apartado es clave la participación de los padres, ya que hay niños que gracias a su inocencia, bendita inocencia, piden la luna y las estrellas, y ahí es donde hábilmente los padres deben dirigir las peticiones de forma coherente y responsable, porque aunque parezca lo contrario, como los eduquemos serán, ante la abundancia, creerán que viven en ella, y ante la humildad, pregonarán con la misma, porque al final, no es más feliz el que más tiene, sino el que más valora lo poco que tenga.


Felices fiestas, nos vemos en 2014.

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