Hay cosas que no cambian, o
cambian más bien poco, en la forma, pero no en el fondo. Recuerdo los sábados y
domingos por la mañana, a las 8:00 en pie para ver los dibujos animados de mi
infancia, Asterix, D’artagnan, David el Gnomo,… y entre capítulo y capítulo,
bombardeo que te crio. Pero lo miro con cariño de aquel niño que fui (que
conste que mi mujer me continua diciendo “Es que eres com un xiquet”) como la
industria juguetera, antes española, ahora mundial, bombardeaba a los niños
para que pidieran a San Nicolás y a los Reyes Magos de Oriente alguno de sus
productos. ¿Ha cambiado esto en algo?
Si echamos la vista atrás y
comparamos, los juguetes no han cambiado tanto, muchos continúan en primera
fila, aunque con estética renovada, y otros son fruto como no, del avance de
nuestra sociedad y la tecnología, como la electrónica o muñecos y muñecas (a mi
humilde entender, más feos que los de nuestra infancia) de dibujos animados
actuales. (Díganme al ver el video si ha
cambiado mucho o poco…)
Y para qué tanto bombardeo, pues
para pedir sus regalos, pero cuidado, que no se pide de cualquier forma, para
ello, una carta bien escrita, clara y esquemática, en la que primero debemos
justificar que somos merecedores de tales presentes que vamos a solicitar, que
si bien nunca decimos que somos peores que Gargamel, si hacemos un pequeño acto
de reflexión de echar la vista atrás a ver si lo positivo pesa más que lo
negativo.
Después enumeramos la relación de
juguetes (o aparatos electrónicos) que queremos, pero ojo, que en este apartado
es clave la participación de los padres, ya que hay niños que gracias a su
inocencia, bendita inocencia, piden la luna y las estrellas, y ahí es donde
hábilmente los padres deben dirigir las peticiones de forma coherente y
responsable, porque aunque parezca lo contrario, como los eduquemos serán, ante
la abundancia, creerán que viven en ella, y ante la humildad, pregonarán con la
misma, porque al final, no es más feliz el que más tiene, sino el
que más valora lo poco que tenga.
Felices fiestas, nos vemos en 2014.
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