Este domingo se emite por
la HBO el último capítulo de Tremé, la serie creada por David
Simon. A lo largo de cuatro temporadas, Tremé nos ha ofrecido un
retrato de la Nueva Orleans post-Katrina, de sus gentes, de su forma
de vida, de sus tradiciones, de su música; historias de
supervivencia, de orgullo por un pasado, de esperanza por un futuro,
de amor por lo propio. Para quien todavía no haya llegado a esta
serie (afortunado él, que tiene casi 40 horas por delante para caer
rendido a esta maravilla), permítannos que le ofrezcamos siete
razones por las cuales hay que ver Tremé.
- Música
La serie toma su nombre
de uno de los barrios más auténticos de Nueva Orleans, lugar donde
los esclavos negros se reunían los domingos para bailar. Una ciudad,
Nueva Orleans, vinculada por tanto, desde sus inicios, a la música.
Si cuando hablan de Los Soprano, Homeland o Perdidos, los conceptos
que uno asocia son mafia, agentes de la CIA o islas donde las leyes de la física no funcionan (bueno, en este
último caso, también osos polares, escotilla o engañifa barata),
al pensar en Tremé pensamos en música. En Tremé se da cita, por
supuesto, el jazz, en todas sus variantes. Pero también el blues, el
rock, el rap, el rythm & blues, etc. Es Tremé un recorrido por
la música, predominante en la vida diaria del habitante de NOLA
(acrónimo de Nueva Orleans, Louisiana); por la serie desfilan
figuras del orden de Dr. John, Steve Earle, John Boutté, Kermit
Ruffins o Trombone Shorty (confesamos que no habíamos oído hablar de la
mayor parte de estos nombres hasta empezar a ver Tremé; ahora son
imprescindibles), además de sonar composiciones de los antiguos del
lugar. Suena música en todas partes: en la calle, en los bares, en
los restaurantes, en las casas, en los estudios de producción, en la
escuela, en el festival de jazz, en los coches. La música es lo que
da cohesión y fortaleza para seguir adelante, el hilo conductor, lo
que verdaderamente importa, el alfa y el omega.
- Los actores
Tremé cuenta con un
reparto coral, en el que ninguno de sus protagonistas guarda un papel
demasiado preponderante frente al resto. De todas formas, no podemos
dejar de destacar el carisma de personajes como Antoine Batiste
(Wendell Pierce), músico profesional dando tumbos -como todos- por
diferentes bandas, de sala en sala, intentando sobrevivir; Albert
Lambreux (Clarke Peters), Big Chief, una leyenda en la ciudad, con
una de las personalidades más arrolladoras de la serie; y Davis
McAlary (Steve Zahn), locutor de radio y una de esas personas que
pone el alma y la pasión en todo lo que hace, siempre con una estima
congénita a Nueva Orleans, a su pasado y a su futuro.
Fundamentalmente son profesionales que creen en lo que hacen, actúan
sin imposturas. No hay aquí ningún Brando de vuelta de todo. Es
interesante seguir sus cuentas de Twitter, en las que, meses después
de acabar de rodar la serie (y como les pasa a los protagonistas de
The Wire, algunos de los cuales también trabajan en Tremé) siguen
orgullosos del trabajo realizado. ¿No creen que esto es buena señal?
- Las actrices
Y si los actores son
fantásticos, qué decir de las actrices. Mujeres con un patrón
común: la superación personal y colectiva, el trabajo duro, la
conciencia de una misma. Para el espectador siempre quedarán en la
memoria LaDonna (Khandi Alexander), la fortaleza y el crecimiento
personalizados, Toni Bernette (Melissa Leo), abogada defensora de
causas imposibles, Janette Desautel (Kim Dickens), luchadora
hostelera, a pesar de todas las trabas que se interponen en su
camino, o la bellísima Annie (Lucia Micarelli), magnífica
violinista, a la que acompañamos desde sus inicios en las calles a
su éxito, que puede llegar a alcanzar a costa de sacrificar ciertas
cosas.
- Gastronomía
La cocina juega un papel
fundamental en la vida diaria de Nueva Orleans. Para un aficionado a
la gastronomía, Tremé es una auténtica delicia. Principalmente a
través del personaje de Janette, asistimos a un festival de formas,
colores, y casi olores y sabores (desde el plato más sofisticado
hasta una barbacoa callejera), fruto de la variedad cultural de la
ciudad y su origen cosmopolita. Tampoco falta en NOLA el alcohol y
los cócteles, lo que nos hace inevitablemente recordar el momento en
que la infundada opinión de un crítico hace que Janette le arroje
un sarezac -combinado de coñac, tónica Peychaud's, absenta- a la
cara.
- Fiesta
En todas las temporadas
de la serie se muestran los días de Mardi Gras, celebración anual
que incluye música, desfiles, comida, collares de abalorios, más
música, disfraces que en ocasiones se elaboran durante todo un año.
Un periodo de tiempo en el que vale todo. Pero durante el año la
ciudad sigue viva, con sus bares y salas de conciertos. Es Nueva
Orleans una ciudad en la que su población gusta de vivir en la calle
todo lo posible, de conocer a gente nueva. La presencia constante de
la diversión y la vida en comunidad contribuye a incrementar la
verosimilitud de la serie. Y, efectivamente, viendo Tremé, uno no
puede evitar el deseo de coger un vuelo a Louisiana, dejar las
maletas en el hotel, salir a la calle, conseguir bebida en algún
bar, ponerse un collar de abalorios en un desfile, dejarse llevar.
- Historia
David Simon (creador,
también, de The Wire; en pie saluden) trata de mostrarnos, sin
apabullar, la rica y casi inabarcable historia de la ciudad más
grande de Louisiana. La herencia criolla, los “Big Chiefs” de las
tribus indias locales, la “second line” -banda que acompaña al
difunto en los funerales-, las consecuencias del huracán Katrina y
tantos y tantos detalles, a través de los cuales es inevitable
acabar amando a Nueva Orleans.
- Ritmo narrativo
No se espere encontrar en
esta serie grandes escenas de acción, complicadas y laberínticas
historias de amor, efectismos y héroes al uso. En Tremé todo
transcurre a su ritmo, al ritmo de la gente que lo habita, sin
artificios ni urgencias. Precisamente por esto Tremé es real,
uno siente que lo que está viendo es lo que hay. David Simon es
periodista de profesión y la querencia del reportero está muy
presente. Las pequeñas cosas que hacen funcionar a una ciudad son el
motor de la serie; historias mínimas e individuales, surgidas de la
experiencia personal de gente corriente luchando por sobrevivir y
hacer, cada uno a su manera, mejor lo que les rodea. Gente corriente
mucho más influyente que aquellos que quieren reconstruir la ciudad
con estrambóticos proyectos ajenos a la historia de la misma, ávidos
de ganar dinero a costa de acabar con Nueva Orleans. Gente corriente
tratando de salir adelante a pesar de la gestión gubernamental
deficiente, las ayudas que no llegan, la justicia inoperante, la
burocracia de la educación, la corrupción y desidia de la policía.
La gente corriente es la que da sentido a la serie y a la propia
ciudad: personas que, por muchas apreturas que tengan, siempre se
guardan una botella de vino para disfrutar de ese momento íntimo. La
vida es seria; de ahí que se la haya que tomar con ligereza.
Mighty cooty fiyo
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