Buenas de nuevo estimados y
queridos lectores, después de un periodo de letargo, o barbecho, como prefieran
llamarlo, volvemos a nuestra sección de tradición para ofrecerles una
peculiar perspectiva de un fenómeno de masas de los pueblos valencianos.
El almuerzo, y no el que se toma
en el resto de España a partir de las 13:30, no, se trata de un parón de unos
30 minutos en la jornada laboral, a eso de las 9:30 de la mañana, que los
obreros, labradores, empleados de fábrica y todo buen valenciano que se precie,
se toma para disfrutar del mejor momento de la mañana, “l’esmorzar”.
Es un rato de tertulia, de
desconexión del trabajo y sobre todo, de recargar fuerzas con un buen bocadillo y
los acompañantes o “el gasto” formado por ensalada, cacahuetes y la bebida. El
bocadillo de casa o del bar, variado, sabroso y energético. La bebida, al gusto,
desde lo más tradicional y simple, el agua, pasando por refrescos, cerveza y el
fantástico “vi en llimonà”. Rápidamente,
el café, cortado, carajillo o “cremaet”, para redondear unos 30 minutos
fantásticos y que dan sentido a una mañana de trabajo.
Otra cosa es el fin de semana, bares
a tope sábados y domingos para almorzar con amigos o familiares, almuerzos
largos y pausados, sobre todo en verano, preludio de una jornada con una buena paella
o asueto similar y que nos hace a los valencianos tener una calidad de vida
envidiable, y que un pueblo como el mío, de unos 10.000 habitantes, tenga una
treintena de bares.
Dirán que somos poco productivos,
que nos gusta más el jolgorio que el trabajo (pobre desgraciado quien considere
lo contrario) y que gastamos como si la crisis no existiera, pero no, es algo
cultural, que genera empleo y no deja de ser un momento, de 30 minutos, que los
valencianos liberamos la cabeza de los quehaceres diarios y es igual o más
efectivo que los vanagloriados descansos de los trabajadores de Google, no seamos hipócritas.
“Esmorzar de dissabte”, mañana volvemos a tener amigos míos una cita en el Balbastre, el Richi o
cualquier otro, el continente es lo de menos, lo importante, el contenido.
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